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Hoy, en el V dia de la poesía euskeldun / (Liburu zehatzik ez)
Hoy, en el V dia de la poesía euskeldun J. Aitzol / Euzkadi, 1934-06-10
Ahora hace quince meses, justos y cabales que la muerte nos arrebató al más grande de nuestros poetas, a “Xabier de Lizardi”. No pretendemos, no, en este día consagrado con predilección a su memoria en la villa natal de Zarautz, revelar la figura ingente del que fue amigo queridísimo.
Muerto joven, cuando apenas en el terreno literario nacional, para cuyo engrandecimiento lo destinó la Providencia, empezaba a dar sazonados frutos, pocos habrá, merecido tan justos homenajes.
Desde el primer momento, un selecto grupo de amigos y discípulos tomó como cosa propia el honrar la memoria de “Lizardi”. A los pocos días de su muerte, los patriotas de Tolosa organizaron una velada necrológica, en la que hablaron nuestros valores literarios Labayen, “Lauaxeta” y “Orixe”. Poco tiempo después pronunciaba éste una conferencia literaria sobre las últimas creaciones poéticas de Joxe Mari, y al día siguiente, en una espléndida mañana dominguera, se inauguraba en la colina pintoresca de Mutitegi, junto al manzanar ya cargado de fruto que él tan maravillosamente supo cantar, allí mismo, al pie del coloso Ernio, la estela vasca que recordará a las generaciones venideras el lugar donde florecieron las más bellas creaciones poéticas.
Fue la juventud patriota de Tolosa quien organizó estos actos. Y había de ser la popular Sociedad Euskaltzaleak quien tributara otros testimonios de admiración y cariño al que fue uno de sus más infatigables propulsores. En efecto, pocos meses después de su muerte, publicaba el hermoso tomo “Itzlauz”, bellamente editado con la recopilación de los mejores artículos periodísticos, literarios y técnicos de “Lizardi”. Constituye esta publicación uno de los más provechosos libros de nuestra literatura patria.
Hace pocos días acaba de editar la misma Sociedad otro simpático libro, en el que se han recogido las poesías póstumas del poeta zarauztarra y que tan excelente acogida ha tenido por la crítica y los amantes de las letras vascas.
Y finalmente, hoy, como remate y coronación espléndida de estos actos dedicados a la memoria del malogrado poeta, se trata de glorificarle en las mismas calles y plazas, en la misma playa y alrededores donde corrió su juventud y que tan diestramente nos describen en los fragmentos de su poema “Maiteñoaren apurñoa”, que nos legó apenas iniciado.
Cuando enmarque definitamente el valor literario de “Xabier de Lizardi” en la historia de la literatura nacional vasca, sabrán apreciar las generaciones venideras, mucho mejor que nosotros, la grandeza de la figura ingente de Joxe Mari. Y no solamente como poeta, sino como prosista ingenioso y diestro, como euzkeltzale creador y animador, como patriota perfecto y abnegado, como prototipo de jóvenes cristianos y creyentes.
Su juventud se inició con la vulgar impremeditación común a casi todos los jóvenes. Olvidó su lengua racial, que la abandonó totalmente como fruto de sus ideas carlistas. Pero esa misma juventud terminó como muy pocas juventudes acaban. En esta trayectoria juvenil que empezaba por una desafección a su patria, terminaba dedicando todos sus amores a la tierra y a la lengua de sus padres.
Comprendió que la herencia de nuestra nacionalidad, que el espíritu vivificador de Euzkadi, que el alma colectiva de la patria era su lengua propia, y a robustecerla y engrandecerla dedicó la mayor parte de su vida. No sentía vocación por la política; pero su alma de patriota se desbordaba a torrentes por los cauces de renacimiento literario, sin duda, el aspecto más importante y urgente de todos en la actualidad.
Entre estas dos fechas, 18 de abril de 1896 y el 12 de marzo de 1933, vivió sus treinta y siete años incumplidos “Xabier de Lizardi”. Como a los hombres jóvenes de hoy, también a “Lizardi” los años de la dictadura militar robaron un tiempo precioso para dedicarse a la labor patriótica, aun en su aspecto literario. Pero estos años de forzado silencio sirvieron al poeta para adentrarse en el conocimiento de los dialectos del euzkera, preferentemente, del labortano y nabarro, para crear El Díalecto literario que pretendía implantar.
“Lizardi”, que había ofrecido las primicias de sus trabajos literarios a la revista “Euzko-Deia”, apenas iniciado en el estudio del euzkera, siguió con tenacidad silenciosa desde el año 1916 amontonando en múltiples cuadernos notas, observaciones y estudios euskéricos. Solamente así pudo llegar al maravilloso conocimiento de la lengua nacional.
Cada día, cada año que pase irá agitándose la figura literaria de “Lizardi”. Sucederá con él algo de lo que una leyenda zarauztarra nos cuenta del apuesto y gallardo marino “Geta”. Tal era la belleza y hermosura de este joven “arrantzale”, que las “maitagarris” de Itegi y Alsakarte se prendaron locamente de él. Trababan estas hadas singulares y mágicas contiendas para encantar al joven “Geta” con el objeto de ganarse, cada una para si, al joven marino. Pero tales procedimientos sorprendentes debieron poner en juego, que consiguieron con sus artes con sus artes mágicas convertir en una ingente mole de piedra a “Geta”, que ellas querían como a hombre de carne y hueso. Así lleva Getaria el nombre petrificado del marino. Tal fué el asombro de las dos damas, que también ellas quedaron para siempre petrificadas junto a la orilla del del mar para perpetuar la maravillosa hermosura de “Geta”.
Por aquellos mismos lugares, tan armoniosamente cantados por “Lizardi”, vagará eternamente la gloria del monumento más duradero que el de las roqueñas “maitagarris”, que el poeta supo labrarse para si con su lira euskeldun.
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