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Notas al margen / (Liburu zehatzik ez)
Notas al margen I. de O. / El Día, 1935-09-11
Libro, poesias, poetas vascos
Lector, tienes un nuevo libro. “Eusko-Olerkiak”, el regalo anual de los poetas, de la Patria. Regalo digno de poetas, de la Patria y de tí.
Casi más que la maravilla de su contenido y forma —que honra a la editorial zarauztarra— sorprende en éste y en los demás libros vascos la maravilla de su publicación. El mercado del libro vasco es forzosamente limitado: son pocos los que pueden leer libros vascos, poquísimos los que los quieren leer y contados los que se atreven con un libro de poesías. Y, sin embargo, se publican… y se ofrecen a precios muy reducidos.
Es una de tantas hazañas del patriotismo vasco. Lástima que aquí a aquello de “largos en facellas y cortos en contallas” haya que añadir “y cortísimos en leellas”…
Nuestros artistas van a tener que aprenderse de memoria lo que dice Gaztelu en este libro:
euskeldunak ez du nik
dedan ainbat gogo
zugaitzak berde egiñik
berriz piztutzeko
a no ser que, dejándose de lamentos, prefieran aquello de Zaitegi:
ekarri adiskide,
napar ardo zarra
orrelan ixiltzeko
barreneko arra.
Hay una frase que se emplea para justificar ciertas actitudes: “primero vivir, y después filosofar” o poetizar. Algo de verdad contiene esa expresión: porque, en efecto, el espíritu —lo más elevado del hombre— no puede trabajar si fallan las fuerzas corporales. Pero pude contener también un mucho de cinismo y de materialismo: valiéndonos de esta frase podríamos prescindir de la Filosofía, del Arte y hasta de la Religión. Lo principal sería comer y beber, lo demás vendría por añadidura.
Pero el Arte y la Filosofía no son artículos de lujo, sino bienes de los que no se puede prescindir del todo en la vida, bienes que están por encima de lo material. La vida no valdría la pena si no tuviera un sentido “sobrematerial”. Expresión de este sentido es precisamente la cultura. Othmar Spann dice con razón: “la Nación es ante todo una comunidad cultural”.
Pero… piérdete tú en filosofías, lector, que yo no tengo tiempo
Tu eres, sin duda, de los patriotas que alinean en una modesta estantería los bellos libros del renacimiento patrio. Aquí tienes uno más: el quinto tomo de los “Eusko Olerkiak”, poesías premiadas en un certamen, poesías dignas de que sean premiadas también por tu atención.
En Euzkadi huele a pólvora. Todos nos sentimos un poco guerrilleros y nos arrastramos pegados a la tierra. Necesitamos de poetas y artistas que nos eleven y purifiquen el ambiente. Y aquí los tenemos,
aoa lurriñez
biotza lore,
guiados por “Aitzol”, el infatigable “agitador” de nuestra tierra.
El libro contiene poesía, y poesía vasca. Nuestros poetas son fieles a su país. Es el rostro y el alma de Euzkadi el que se refleja en sus obras. La corriente de la vida patria pasa por ellos sin perder su color, dulzura y plenitud.
Pastores, pescadores, vida familiar, mañanas o atardeceres, las finas alegrías de Erkiaga, las artísticas melancolías de Gaztelu, la sesudez del de hombre clásico con que Orixe recoge sus “zizak”, los ojos grandes y tranquilos con que Zaitegui contempla el “Kutxarro” de los pastores, la profundidad, sentimiento y flexibilidad del gran artista Loidi… Todo me hace añorar esa áurea mediocritas con la que nos daríamos por muy satisfechos los vascos de hoy.
Vivir tranquilos descansando en la armonía de una modesta felicidad, que no está libre de trabajos, cuidados y penas, pero que es posible en la tierra cuando se vive conforme a la naturaleza y a la religión.
La poesía de nuestros vates es una poesía mañanera, sin pesimismos que hunden en el abismo; sin las tristezas mortales del poeta que sólo sabía coger flores para tener una corona sobre la frente del amigo que murió cuando las rosas florecían; sin miradas de desengaño a través del humo azul que sale de la pipa del abuelo sentado a la puerta y vuelto hacia el occidente.
Es una poesía sana y normal, como la vida del pueblo en que se inspira. En este tomo quinto no encuentro las audaces subidas verticales con las que a veces nos sorprende el gran Orixe; domina más bien la horizontalidad, una horizontalidad elevada, aunque muy humana.
¿Defectos? El defecto está más bien en el pueblo que no tiene suficiente cultivo euskérico para seguir en su paso a nuestros poetas. Eso ocurre en todos los pueblos respecto de sus poetas; pero en el nuestro de una manera muy especial. El gran desnivel existente entre la preparación de nuestros artistas y la total ausencia de instrucción euskérica de la mayoría de nuestro pueblo es tal vez el principal obstáculo que se opone a la difusión de nuestra literatura. Mejor dicho el obstáculo no está en el desnivel, sino en la ignorancia…
Y hablemos un poco de los poetas. Son entes raros; indudablemente. En estos tiempos antipoéticos y pedestres en que la gente va a la iglesia a quejarse al Señor porque ya no puede pagar un palco en el teatro a causa de la crisis, sólo los poetas pueden dedicarse a buscar lo bueno, lo bello y lo verdadero… y a llorar por otros, ya que nuestro tiempo, que es lo que más debía llorar, desprecia las lágrimas:
barrua goibel. Negar-aria
ixil datorkit begian…
Muchos de ellos son eclesiásticos. No es extraño. Una vez se encontraron dos literatos eclesiásticos extranjeros en París. El alemán preguntó al holandes que acababa de escribir un bello libro sobre los cartujos: “¿Cómo? ¿Usted por aquí en medio del mundo? Yo le hubiera creído entre monjes.” —“Precisamente porque soy monje estoy aquí…”— Excelente paradoja. Nadie mejor que los afianzados en la eternidad para inclinarse sobre lo pasajero y conducirlo por el buen camino.
La tradición eclesiástica de fomentar las características populares y construir sobre la naturaleza, tiene buenos representantes en Euzkadi.
Todos o casi todos los poetas que están representados en este libro han tenido educación clásica. Es fácil que, si, el bachillerato español no estropeara a nuestros muchachos, tuviéramos más poetas y artístas…
La inspiración patriótica y cristiana inspira a los poetas vascos; por eso va tan limpia y segura sobre el doble rail la jóven poesía vasca…
Por fortuna, nuestra patria conserva aún casi intactos sus valores; fuerzas espirituales y culturales, fe en las realidades de la revelación, persuasión de algunas verdades filosóficas firmemente establecidas, adhesión instintiva a todo lo que represente tradición cristiana y vasca… Y los poetas son dignos de su patria.
“¿Sabes, me decía uno de estos poetas, que esas letras y colores y símbolos de la portada de nuestro libro me parecen cosa de comentario? ¿Ahí vamos a quedar enterrados, lejos del torrente de la vida popular?”
“No lo creas, poeta, le respondí; y aunque así fuera por el momento… Cae la semilla. Sobre la semilla cae la tierra y la noche. Hace frío. Si la semilla pudiera soñar, soñaría en la primavera…”
Etxe bat norberarena
Yolanda Arrieta
Jon Jimenez
Zebrak eta bideak
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Zoo
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Francesco Pasqualeren bosgarren arima
Unai Elorriaga
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Neska baten memoria
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Lautadako mamua
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Bihotz-museo bat
Leire Vargas
Bestiak Liburutegia
Rameauren iloba
Denis Diderot
Aritz Galarraga
Neska baten memoria
Annie Ernaux
Paloma Rodriguez-Miñambres